Graham Greene, por lo que Hector Hugh Munro, alias Saki es nada menos que el mayor humorista en lengua inglesa de este siglo, cuenta que la mañana del 13 de noviembre de 1916, en un cratere de Shell en las proximidades de Beaumont-Hamel, fue oído gritando el sargento Munro: “Apagad que cazzo de cigarrillo.” Estas fueron sus últimas palabras; inmediatamente después, un proyectil atravesó el cráneo. No podía resumir mejor la extraordinaria economía de los medios que caracteriza las historias de una de las más ultrajantes por Genius de su tiempo.