Un arqueólogo norteamericano sufre una agresión en su casa en Venecia, y los filibusteros advertirá que no cumple con el director de un museo de la ciudad; un par de horas más tarde, este hombre es asesinado. El Comisario Brunetti es responsable de la investigación y se llegará a descubrir una banda de mafiosos que hace el contrabando internacional de obras de arte. El autor monta los diversos elementos con agilidad narrativa y haciendo avanzar la acción con un buen nivel de intriga; en contraste, los personajes se caracterizan de modo superficial. En esta quinta aventura del Comisario demuestra la atmósfera de la corrupción de la ciudad: la marea alta – agua alta-, de retirar, expone lo sucio que había bajo las aguas, pero Brunetti sabe nadar en medio de ellos. El permisivismo sexual de los personajes y el tema del lesbismo no dan lugar a descripciones, pero sí para agraviar a las evaluaciones para lo que respecta a los católicos.